Una granaína muy creativa de 41 años, con alma científica, que desde el 2009 lleva haciendo del ganchillo y los amigurumis su pasión.
Mi forma de vida.
No me gusta tejer enfadada... ni deprisa. Nunca tejo estando triste.
Me gusta contar los puntos, y en voz baja, aunque ponga un marcador.
Siempre tejo con música bonita sonando y una tacita de té calentito al lado. En verano también.
Me gusta experimentar, probar texturas, mezclar posibilidades y que la naturaleza esté presente de algún modo en todo lo que hago.
En el bolso siempre llevo un ovillo, una aguja de crochet y tijeras.
Hay días que no me apetece tejer. Esos días pinto, escribo, cuido mis plantitas, ordeno o juego con mis peques. Mi vida es un universo entero, y a veces hasta dos.
Yo no tengo 8 horas al día para mis cositas, pero el tiempo que les dedico me hace muy feliz.
Los días de lluvia y brasero tejo más. Los días de solecito tejo más lento pero son los días en los que más invento.
Duermo poco, me gusta tejer de noche aunque vea menos.
A veces puedo cerrar los ojos y tejer varias vueltas sin equivocarme. Me gusta tocar los puntos y saber por el tacto donde hay aumentos y disminuciones, donde empieza una vuelta...
Me gusta coser con cuidado, rellenar despacio y modelar cada parte del amigurumi hasta que queda como lo he imaginado.
Hasta que no le pongo los ojitos y les bordo la nariz no sé cómo serán. A veces me salen tímidos y dulces y otras aventureros y curiosos.
Me gusta achucharlos cuando los he terminado. Cuando se van me cuesta...
Para mí cada uno tiene su tiempo. Cada uno es único.
Esa es la magia...
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